En esta ocasión trabajaremos la importancia de la lectura, cómo trabajarla y conseguir crear un vínculo entre la lectura y el lector, el cual sea placentero. Ni más ni menos, ¡vamos a por el placer por la lectura!
Como bien dice Irune, leer no es solo ver lo que está escrito y decodificarlo, es comprender, interpretar, descubrir, es comunicación… Profundizando en qué es la lectura, hay que aprenderla, y aprenderla bien, y después hay que practicarla para no olvidarla, para no abandonarla. La lectura supone un enriquecimiento personal en todos los sentidos, lo que nos aporta conocimiento y autodesarrollo personal. Por otro lado, la lectura nos permite alejarnos de la monotonía y de los problemas cotidianos para sumergirnos en otras vidas, en otras aventuras, en hechos pasados o pretéritos y hacerlos, por un rato, realidad en nuestra imaginación.
No podemos permitir que nuestros alumnos se alejen de la lectura por nuestra causa. El objetivo principal del bloque, como digo es el placer lector. Trataremos de mostrar a los niños cómo debe leerse un texto literario, de modo, que cuando lo tengan aprendido, será un antes y un después a la hora de leer libros. No los leerán simplemente, los analizarán. Allá vamos.
FICHA BIBLIOGRÁFICA
Autor: Susan Gates
Ilustrador: Ivan Bates
Editorial: Oxford
Fecha 1º edición: 1996
Curso en el que me baso para realizar este análisis: 2º de Primaria.
El libro que he elegido, The lie detector (El detector de mentiras), está dividido en siete capítulos y cuenta la historia de dos amigas, Gemma y la narradora de la historia, pongámosle nombre ya que no se lo dan en el libro, Anna.
Anna dice que Gemma siempre miente, y que eso está mal, dice que está harta de que mienta y que, aunque los demás sepan que lo que dice es mentira, que siga mintiendo. Le resulta ridículo y le molesta mucho.
Anna cree que es hora de darle una lección por lo que fabrica un “detector de mentiras”, completamente manipulable por esta, es decir, puede hacer que el detector diga si es mentira o verdad lo que ha dicho alguien según ella quiera.
Primeramente, decide experimentar con su hermano, probar la máquina y descubrir si podrá funcionar con Gemma. Lo que hace es dirigirse a la habitación de su hermano, le cuenta que ha adquirido un detector de mentiras y, aunque este insiste en saber de dónde lo ha sacado, Anna tenía todo muy bien pensado y consiguió convencerle para que probaran el detector sin dar más explicaciones. También tenía muy bien pensado las preguntas que iba a hacerle, puesto que conocía a la perfección las respuestas a estas preguntas, con lo que conseguiría hacerle creer que el invento realmente sabía cuando se miente y cuando se dice la verdad. De esta forma, su hermano terminó admitiendo todo y creyendo en el supuesto poder del detector.
Después, a su hermano le entró curiosidad por ponerlo a prueba con Anna pero Anna le manipuló para no coger el cacharro y así poder manejarlo ella misma, con lo que pudo mentir sin que el detector la delatara, lo que dejó bastante desconcertado a su hermano, quien cayó en la trampa de Anna.
Anna estaba contenta de que su plan funcionase y, se convenció a si misma de que lo que hacía era lo correcto y que, realmente no había hecho mal en “ocultar/camuflar” la verdad a su hermano.
Al día siguiente, en el colegio, Anna esperó a que fuese la hora del recreo para llevar su plan a cabo, interrogar a Gemma con su detector de mentiras y dejarla en evidencia. Llegó el momento y Anna empezó a preguntar a Gemma cosas con las que tenía asegurado que mentiría, y así fue. Dos preguntas fueron necesarias para conseguir dejar en evidencia a Gemma delante de todos los niños del recreo. Gemma se puso a llorar, Anna no entendía por qué, solo quería darla una pequeña lección, y a pesar de que esperaba aplausos de los demás por “desenmascarar a la mentirosa de Gemma”, solo recibió algún que otro comentario en el que se expresaba indignación, como es el caso de “muy mal Anna, siempre machacas a Gemma llamándola mentirosa, eso no está bien”.
Anna no entendía nada, su plan no había salido como esperaba así que empezó a decir en alto “Gemma, no llores, no te vayas, no es mi culpa, es el detector de mentiras”. Para su sorpresa, el detector de mentiras se empezó a iluminar, haciendo ver que lo que decía era mentira, Anna no se lo podía creer, ella no estaba haciendo nada para que el aparato se iluminara y no conseguía hacerlo parar.
Esto último fue como un karma para Anna e instantáneamente se dio cuenta de que la fabricación de ese aparato había sido un completo error, estaba muy arrepentida, a punto de perder como amiga a Gemma… y todo por un capricho de querer “desenmascararla”. Anna fue corriendo a pedir disculpas a Gemma, estaba realmente arrepentida y, para su suerte, cuando terminó de disculparse con Gemma el detector de mentiras se iluminó de modo que se mostraba que decía la verdad. La disculpa fue suficiente para Gemma, perdonó a Anna.
Anna finaliza la historia diciendo que el detector de mentiras fue un error, que aunque parezca bueno, siempre traerá muchas más cosas malas que buenas y que, por supuesto, no está bien idear un plan de esa magnitud para interrogar a alguien y dejarle en evidencia.
En mi experiencia en mis prácticas en el colegio de Irlanda, he podido comprobar que este tipo de libros van perfectos en los cursos de 1º y 2º de Primaria. Si he de elegir uno, me quedo con 2º de primaria ya que en muchas ocasiones hay niños que pasan de Infantil al primer curso de Primaria sin saber leer, por lo que un libro de capítulos no es adecuado para su nivel de lectura. Está claro que los niños de la misma clase que ya sepan leer, no tendrían problema con el libro, pero el objetivo es que todos y cada uno de ellos participen en este proyecto, sin excepciones. Este problema raramente lo tendríamos en 2º de Primaria ya que si todavía hay algún niño que no sepa leer, lo normal es que no promocione y repita curso. Por ello, 2º de Primaria es el curso para el que dirijo la lectura de este libro.
ACTIVIDADES ANTES DE LA LECTURA.
ACTIVIDADES DURANTE LA LECTURA.
ACTIVIDADES POSTERIORES A LA LECTURA.
no está acabado
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